¿Y si me equivoco? Tal vez ahí es donde empieza todo | What if I’m wrong? Maybe that’s where it all begins

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La pregunta que más me acompaña
Vivir en otro país, empezar de cero, tomar decisiones grandes… Todo suena valiente y emocionante, pero hay una pregunta que nunca me ha dejado del todo: ¿y si me equivoco?

Me lo he preguntado antes de aplicar a la universidad, al subirme a un avión sola, al elegir una carrera, al decir que sí a una nueva amistad y también al decir que no a algo que ya no sentía mío. Esta pregunta se convirtió en un susurro constante. Pero lo que no sabía era que equivocarme iba a ser una parte esencial de encontrarme.

Perderse también es avanzar
Hubo momentos en los que me sentí perdida. Literalmente, en un tren suizo rumbo al lugar equivocado. Pero también emocionalmente. Como cuando no sabía si estaba en el país correcto, si elegí bien mi maestría o si tenía sentido estar tan lejos de mi familia.

Me sentía culpable por no estar segura. Por haberlo “tenido todo claro” al principio y luego dudar. ¿Pero sabes qué descubrí? Que perderme me obligó a pausar. A observarme. A preguntarme qué quiero, no solo qué se espera de mí.

Y en ese proceso de duda, me encontré tomando decisiones más alineadas conmigo. Cambié prioridades. Me permití llorar, pedir ayuda, volver a empezar una idea. Y eso no fue retroceder. Fue crecer.

El error como maestro silencioso
Equivocarme me enseñó más que hacer las cosas “perfectas”. Aprendí:

💛 Que no siempre tener un plan claro es una debilidad, a veces es un regalo porque te abre al descubrimiento.
💛 Que no hay una sola versión de éxito, y que tu definición puede cambiar.
💛 Que las decisiones tomadas con el corazón no siempre son fáciles, pero sí valiosas.
💛 Que incluso cuando crees que estás “perdiendo el rumbo”, estás ganando perspectiva.

¿Y si me vuelvo a equivocar?
Tal vez me vuelva a equivocar. Tal vez muchas veces más. Pero ya no le tengo el mismo miedo. Porque entendí que cada error tiene algo que decirte si estás dispuesta a escuchar. Perderme en este camino fue, al final, una forma de reencontrarme.

🇬🇧 ENGLISH VERSION
The Question That Follows Me the Most

Living in another country, starting from scratch, making big decisions… it all sounds brave and exciting. But there’s one question that has never fully left me: what if I’m wrong?

I asked myself that before applying to university, before getting on a plane alone, before choosing a degree, saying yes to a new friendship—or no to something that no longer felt like mine. That question became a constant whisper.
What I didn’t know was that being wrong would become a key part of finding myself.

Getting Lost Is Still Moving Forward

There were times when I felt completely lost. Literally—on a Swiss train headed in the wrong direction. But also emotionally. Like when I wasn’t sure if I was in the right country, if I chose the right master’s program, or if it made sense to be so far from my family.

I felt guilty for not being sure. For having had everything “so clear” at the start and then starting to doubt.
But you know what I discovered? Getting lost made me stop. Reflect. Ask myself what I want—not just what’s expected of me.

In that space of uncertainty, I started making decisions that felt more aligned with who I am. I shifted my priorities. I allowed myself to cry, to ask for help, to restart an idea.
And that wasn’t failure. It was growth.

Mistakes as Quiet Teachers

Making mistakes taught me more than doing things “perfectly” ever did. I learned:

💛 That not having a clear plan isn’t always a weakness—sometimes it’s a gift that opens you to discovery.
💛 That there isn’t just one version of success—and your definition can change.
💛 That decisions made with the heart aren’t always easy—but they’re meaningful.
💛 That even when you feel like you’ve lost your way—you’re gaining perspective.

What If I’m Wrong Again?

Maybe I will be. Maybe many times. But I don’t fear it the same way anymore.
Because I’ve learned that every mistake carries a message, if you’re willing to listen.
Don’t be afraid to lose your way for a while. Sometimes, it’s the only way to find yourself again.